Alice Miller
fundó un espacio para quienes arrastraban cargas de su pasado. O sea, para todos.
Ofrecía la posibilidad de alivio y reparación. Hablar era su receta y referir los
propios males a los propios padres de cada quien era su norte. A partir de
ellos comenzaba su puntuación. Pero si estaban muertos, quien abrió la boca no
tenía salida, y sin opciones, quedaba prisionero de tal destino: sin tales
interlocutores seguiría cargando con su cruz irremediablemente, hasta el fin de
sus días. Solamente contaba la carne con vida para resolver sus verdades
ocultas.
Alice Miller tenía
otro demonizado, Sigmund Freud, antagónico, aunque se disculpó en vida por lo
que dejaría pendiente de resolver en el lapso finito de su existencia y delegó
esa tarea en quien quisiera continuar su obra. Sin embargo, Alice Miller coincide
parcialmente con uno de sus hallazgos clínicos, pues Freud nos ha acercado otra
solución al enunciar ese mismo problema. Nadie puede ser muerto in
absentia o in effigie, afirma. Y hasta ahí coinciden ambos. Pero Freud siguió
avanzando y agrega que hablar con palabras válidas, sana las heridas del alma.
Digamos que las
pesadumbres que sobrellevamos tienen su destinatario, y más tarde o más temprano, el pasado nos
alcanza en el presente. Pues nada de lo acaecido tiene sentido si no lo
encontramos reeditado hoy. Esa es la verdad que duele insoportablemente. Ese es la limitación a resolver aquí y ahora.
Alice Miller, 1923-2010, se declaró ex psicoanalista,
prefirió definirse como investigadora de la infancia, destacada por sus trabajos
sobre maltrato infantil y sus efectos en la vida adulta y en la sociedad. Tenía
quince años cuando falleció Freud en su exilio londinense.
Sigmund Freud, 1864-1938,
creador del psicoanálisis. Cuando alertó públicamente sobre las consecuencias aciagas
de los abusos infantiles a lo largo de toda la vida humana fue expulsado de la
Sociedad Médica de Viena. No obstante, no abandonó a quienes acudían a él
buscando alivio para sus pesares y de investigador reconocido pasó a ser un médico ignorado atendiendo en un
suburbio de su ciudad. Rescatado del olvido y del anonimato por la Universidad
Clark de Nueva York en 1909, llegó a ser reconocido mundialmente. Para decirlo
con las palabras de Stephan Zweig, antes
de Freud, nadie habló con locos, neuróticos ni sufrientes.
Sin embargo, el
tono que proponemos es otro. La vida es muy seria para tomarla sin una sonrisa
en los labios, una esperanza en el corazón y un sueño por delante.
Una noche en Lisboa DIALOGOS FUNDANTES es un blog en desarrollo, fruto de un proyecto soñado. Es una propuesta
de hablar, a solas, en grupo, de desarrollar cursos y talleres, sobre todo, de
evolucionar. Skype, Facebook, mails, teléfonos, fijo o móvil, en presencia. Todos
los recursos para hablar.
Sin
condicionamientos, sin supuestos como punto de partida. La base de nuestro
propio ser es que nos preguntamos, no nos dan firmeza las verdades taxativas. La
vida es sagrada y cuando no le tememos, no la postergamos escondiéndonos en la
sumisión a lo que sea, hombre, grupo o idea, con tal de no asumir nuestra
libertad, con el corazón limpio celebramos a la vida con respeto en cada paso
que damos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario